 |
Abrázame, mamá
Entre padres e hijos, la comunicación es básica, pero no sólo la verbal. Muchas veces, un abrazo vale más que mil palabras. A los hijos les cuesta expresar sus sentimientos, no entienden qué les pasa y buscan el afecto a través de algo tan simple, aparentemente,
como un abrazo. El abrazo de una madre, de un padre, de un hermano o de un abuelo. Pero también de su profesor, de su amigo o de un compañero de clase. Por eso, no olvides abrazarlo siempre: aunque no te lo pida, aunque parezca molestarle, aunque
proteste, aunque pienses que ya es demasiado mayor, aunque se porte mal, aunque creas que no lo necesite, aunque no se lo merezca, aunque te saque de tus casillas e incluso si ya es un adolescente. Con este gesto le demuestras tu cariño y aumentas positivamente su autoestima, provocas en él una sonrisa y lo acompañas para que sea un niño feliz. |
 |