Método Ferrerós, el método a medida para entender y educar a tus hijos

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¿Cómo nos organizamos?
En una casa con niños es vital tenerlo todo un poco programado. Los niños funcionan muy bien cuando han establecido un orden, unas normas y se trabaja en equipo. Es decir, tienen asignado un lugar de responsabilidad en la familia. Pero, más importante que esto, es establecer unos turnos para realizar las tareas cotidianas, que vayan encadenando las diferentes acciones en función del carácter propio de cada hermano.
¿Cómo elegir nuestro estilo educativo?

La clave está en encontrar el equilibrio, ya que, dependiendo del estilo educativo de los padres, se condiciona de forma diferente la manera de ser de los hijos. Los puntos básicos para decidir el estilo educativo son:

  • el nivel de responsabilidad que exigiremos
  • el tipo de límites que impondremos
  • la forma en la que ejerceremos el control (castigos y premios)
  • pactar las normas de convivencia
  • acordar los valores que queremos transmitir
  • planificar las estrategias a seguir y el papel de cada uno.
¿Por qué debemos enseñar a nuestros hijos a ver la tele?
A los padres no nos interesa aislar a nuestros hijos del mundo en el que viven e ir a contracorriente, sino enseñarles a sacar el máximo partido de una herramienta que nos puede ser muy útil desde el punto de vista educativo: la televisión. Hemos de ganar esa partida, y aprovechar los beneficios de la tele. Simplemente se trata de saber elegir y programar lo que pueden ver dependiendo de la edad y circunstancias. Hemos de saber decir no a la tele-canguro y aprender a usarla de forma pedagógica. La televisión bien utilizada puede ser una perfecta herramienta educativa.
¿Cómo aprenden los niños?
Todos sabemos que los niños a una determinada edad, entre los 18 y los 48 meses aproximadamente, juegan a imitar el comportamiento de los adultos que tienen alrededor. Este mecanismo de aprendizaje lo utilizamos para enseñarles palabras nuevas, hacer puzzles o construir escaleras de colores. Primero lo hacemos nosotros, intentando que el niño se fije, y luego lo animamos a que lo haga él solito. Los niños seleccionan tanto a quién imitan como los comportamientos que les llaman la atención y que serán objeto de su curiosidad imitativa.
¿Qué significa que un niño imite por gratificación emocional?
Se trata del deseo de prolongar la emoción producida por la reacción del adulto ante lo que hace el niño. Cuando la madre aplaude a su hijo porque ha conseguido aprender algo imitando sus movimientos, el niño está tan contento que lo repite una y otra vez para disfrutar de la reacción de su madre.
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